Carta del Presidente de la AIP

Autores/as

  • Alberto Jiménez Luquín Presidente de la AIP

Resumen

Estamos empezando a preparar los Quintos Encuentros de la AIP y, con ellos, la revisión de los trabajos desarrollados y la reorientación de las líneas generales a seguir. Todo ello con el ánimo de continuar difundiendo a la interpretación como un instrumento que puede y debe contribuir a la conservación de los valores ambientales e históricos, al fomento del desarrollo social y cultural de los habitantes de una zona de interés patrimonial, y a la mejora o mantenimiento del bienestar económico local. Es decir, renovamos el deseo de seguir trabajando para que la interpretación contribuya con su grano de arena a la “sostenibilidad” de una zona.

Y es que la interpretación, como disciplina, arte, técnica o instrumento, debe ser en sí misma sostenible. Debe contemplar esos tres criterios o dimensiones en todos sus planteamientos:

Dimensión ambiental: La interpretación debe conseguir que los visitantes valoren el recurso para que manifiesten actitudes favorables a su conservación. Claro está que para conseguir esto los programas interpretativos deben estar bien estructurados y justificados por una planificación o marco teórico que permita desarrollar la actividad con garantías de éxito: tanto en el disfrute del visitante como en el no deterioro del recurso. Esto es difícil de conseguir, pues quizás hoy en día haya un déficit generalizado de planificación, por lo que hay veces en los que la puesta en valor de un recurso puede suponer su deterioro paulatino.

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