El centro de visitantes malentendido en Centroamérica

Autores/as

  • Jon Kohl Jon es escritor freelance en asuntos de ecoturismo; es miembro de la National Association for Interpretation (NAI), y ganador de un premio al mejor artículo en la revista Legacy, de la NAI

Resumen

Cuando el Huracán Mitch liberó a los reos de la penitenciaría en La Ceiba en 1998, algunos de ellos se escaparon subiendo a lo largo del Río Cangrejal y pasaron la noche en el centro de visitantes nuevamente inaugurado frente al río, límite con el Parque Nacional Pico Bonito. El propósito del centro nunca fue alojar a los reos, pero por otro lado, este propósito nunca había sido claro de todos modos.

“No pudimos determinar lo que los turistas podían hacer allí”, admite Ricardo Steiner, presidente de la ONG que maneja el Parque. Hoy día el centro se sienta, tranquilo, mirando a los turistas pasar en sus balsas.

Los centros de visitantes se construyen comúnmente en parques naturales alrededor del mundo, y Centroamérica y Honduras no es la excepción. Por lo general estos edificios podrían ser tan pequeños como quioscos o tan grandes como mansiones que ofrecen servicios adicionales a los visitantes, aumentando la calidad de la visita al parque, monumento histórico o cualquier atractivo natural o cultural. A veces contienen exhibiciones, mapas, tiendas de souvenir y pequeños restaurantes.

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