¿Interpretación con escolares? «Con la interpretación no importa a quién, importa el cómo»
Resumen
Cuando empecé a trabajar con escolares usando la metodología de la interpretación, se decían estas cosas:
Lo queramos o no, el destinatario de la interpretación está constituido exclusivamente –y por definición– por el público general: una audiencia no cautiva que no está sujeta a ningún tipo de obligación cuando se enfrenta a un bien natural o cultural.
Por tanto, no es el caso de, por ejemplo, los grupos escolares que acuden a visitar un espacio protegido, acompañados habitualmente de su profesor o profesora.
Si bien es cierto que pueden emplearse técnicas interpretativas, la realidad es que las actividades destinadas a escolares no pueden llamarse verdaderamente interpretación.
Me causaron un gran impacto estas inapelables afirmaciones y se me clavó una espinita en el corazón, pues yo estaba convencido de que lo que hacía con los grupos escolares en mis visitas guiadas era interpretación. En mi fuero interno, seguí estando convencido de ello. ¿Cómo no llamarle interpretación a una actividad en la que usaba a pies juntillas los preceptos aprendidos en los cursos de interpretación del patrimonio a los que había asistido?